CARTAS I

Varios ciudadanos inmigrantes en EE.UU aún esperan una solución para no ser deportados
Querido Jiraldo:
He estado continuando esta incomoda situación en mi residencia en Estados Unidos. Hace tiempo que los problemas me persiguen, desde el abandono de mi esposa aún no se como reconstruir mi vida personal. Tal vez el pequeño Sebastián sepa contagiarme esa inocencia y grandes esperanzas de llegar a ser algo en la vida, lo noto en su pequeña presencia y me enorgullezco de ello.

Papá estos últimos días he buscado un trabajo estable acá en California, no es sencillo, ya que ser inmigrante me complica la situación y tengo que tener una falsa identidad ante la población, pero felizmente tengo buenos amigos que me saben proteger. La vida, como te repito, se me es complicada y sufro para mantener a mi pequeño por lo que te ruego que me ayudes económicamente. Se que es terrible la forma en que te lo pido pero no me queda más remedio, te lo compensare lo más pronto posible, te lo prometo pero necesito el dinero para las manutenciones diarias del hogar. Te cuento que si las cosas salen bien podré regresar a Perú, de donde nunca debí salir, y buscar una nueva vida. Las esperanzas de asentarme en este lejano país norteamericano me complican la existencia y a veces he pensado que no hay remedio. Hasta imagine suicidarme. Pero la fortaleza por proteger a Sebastián me han dado fuerzas. El es pequeño, como entendería las penurias de su padre abandonado hace siete años por su esposa, que se fugo con un tipejo más rico solo por conveniencia.  Recuerdas cuando vino a casa, la primera vez que te la presente, estaba feliz con ella, me decía que era la mujer de mi vida. Cuantas cosas le brinde, yo la amaba con todo mi corazón pero tuvimos que hacer el maldito viaje al exterior. Allá en Perú era todo distinto en nuestra relación, yo solía verla y salir a pasear, nuestra vida era conocer nuevos lugares y experimentar en el mundo exterior lo cual fue un grueso error. Ahora lo único que me apega a ella es el pequeño, el cual es la viva imagen de su mamá y en sus ojos aún la recuerdo. Papá, ¿cómo encontrar paz en mi interior? Después de todo lo acontecido hace siete años no la he vuelto a ver y ni siquiera tiene la gratitud de visitar al niño. Por favor dile a mamá que la extraño y más sus consejos que me eran útiles siempre que necesitaba tranquilizarme, después de todo soy un ser humano y tengo potestad para controlarme aunque con un poco de ayuda. Saludos a todos, por su aparente preocupación, y ojala algún día volvamos a vernos. Los extraño un montón y desde el fondo de mi corazón se los digo: jamás debí alejarme de ustedes.
Con mucho estima y recuerdos

Sergio
MR. JARA
¿Verdad o simple cuento?

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