Empecemos una nueva aventura |
Pedro Portocarrero mantenía
firmemente la mano sobre la manija de la puerta. Sabía que los secretos recónditamente
escondidos estaban solo a un paso. El sufrimiento que había enfrentado debía
ser digno de un reconocimiento. Fue un largo camino, pero todo terminaba ahí. Solo
un momento más.
Repentinamente, desde la
oscuridad más cercana, ese sueño se opacó. Los alaridos de dolor no hicieron
eco en la penumbra, ni dejaron huella para el recuerdo. Un cuchillo afilado se
alzó y le cayó justo en el pecho. Sintió como penetraba su corazón, en lo más
profundo de su ser, rompiendo toda ilusión, acabando su agonía.
Antes de la oscuridad total,
Pedro levantó la vista para fijarse en su asesino. Tal como esperaba, sin
haberse equivocado, lo reconoció. Ya nada podría hacer. Atinó solo a embozar una sonrisa y extender
los brazos, como si estuviera por dormirse sobre un colchón. Todo había acabado
para él.
…
Una última mirada al cuerpo
muerto de aquel sujeto fue suficiente para indicar que el trabajo estaba hecho.
Había ganado. La persecución terminó a su favor, nadie podría ahora culparlo.
Levantó la casaca escondida entre las sombras, se la puso y salió bruscamente
sin que nadie lo viera. Todo había terminado.
Mr. Jara
* Siguiente: Capitulo I
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