EL ARTE NO SOLO ESTÁ EN UN CUADRO… TAMBIÉN EN EL ASFALTO



Realidades en Gamarra
Las pistas y veredas del mega emporio comercial de Gamarra se han convertido en el lienzo perfecto y sobretodo en una alternativa de trabajo para alrededor de varios niños que viven en el cerro San Cosme, donde diariamente dan rienda suelta a su arte con la única finalidad de recibir dinero.
Sosteniendo bolsas de tizas de diversos tamaños, un pedazo de carbón, una hoja sucia y una  pequeña caja de zapatos, donde se deposita la voluntad monetaria de los peatones, ubicamos a Luis. Apenas tiene 13 años, pero ya trabaja entre pistas congestionadas de ambulantes, comerciantes informales y serenos de La Victoria. Ha hecho de este lugar su centro de trabajo y ha aprendido a ser visto a través de sus dibujos. Él no tiene descortesía con el piso, por el contrario lo utiliza como herramienta para iniciar su jornada de trabajo.
Un día habitual para Luis empieza con la realización de un dibujo rápido. Para esta ocasión está graficando al famoso Gokú y al pobrísimo Chavo del Ocho, quien le hace sentirse identificado, aunque ya dejó los cimientos para el dibujo mayor del día: el corazón de Jesús. Se pasa sobando el piso varias horas con el dedo para obtener un buen sombreado y lograr su cometido de recibir monedas de los transeúntes.
“A veces cansa bastante estar sobando el piso, pero pienso en mi mamá. Está enferma y tengo que recuperarla. Con dinero lo haré”, señala. 
Prosigue narrando que llegó al lugar por recomendación de un amigo apodado “Coqui”, un niño que también es pintor en el asfalto de las calles de Gamarra. Dice que el primer día no le fue nada mal, pues pese a que su dibujo no era tan definido, como sí lo es ahora, llegó a recaudar en 60 soles. Desde aquella ocasión, asegura que se entusiasmó y trata de perfeccionar su pintado sobre el asfalto con el deseo de algún día recolectar suficiente dinero para “más adelante estudiar en una academia y ser pintor”.
“Me gustaría salir en televisión”, comenta. “Una vez vi que un pintor salió en canal 2 y casi gana un concurso (Perú Tiene Talento). Si hubiera sabido donde era también me presentaba”, manifestaba incrédulo. Termina diciendo “al menos la gente que viene a Gamarra ya sabe de mis dibujos”.   
De repente, un pequeño que no pasaría los 6 años llegó corriendo y llorando hasta Luis. Me lo presentó como Hernán. Al parecer, lloraba porque alguien le había robado su dinero. Varios chicos que trabajaban en las calles se acercaron para saber qué había pasado. Tras enterarse, todos propusieron atrapar a un tal “cara de mono”. Sin embargo, al momento de partir, muchos miraron incrédulos y Luis señala que estos asuntos lo arreglaban solo ellos. “Por favor, le cuentas a la gente una bonita historia”, me dice Luis mientras recoge sus cosas. 
Se fueron corriendo. Eran niños que no se preocupaban por el colegio. Solo les importaba sobrevivir en una Lima esquiva para ellos, aunque algunos como Luis tenían grandes sueños en que pensar. 
Mr. Jara

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